DRAMÁTICOS ESPAÑOLES DEL SKALO XVII IQl Tienen, además, una cualidad que pocas de los autores de su tiempo, si se exceptúa Moreto, poseen en grado tan emi- nente, y es un buen humor sano, una alegría discreta y fina que subyugan dulcemente el ánimo del lector, obligándole a dejar con pena la compañía de tan simpáticos autores al aca- barse la obra. El lenguaje y estilo son buenos, aunque no muy refinados, sobre todo en las obras en que interviene o escribe sólo el her- mano menor, que también lo es en inspiración y talento. La versificación es poco variada y escogida: abunda el ron ¡anee octosílabo, síntoma de decadencia visible, cuando se compara con la riqueza métrica de que hicieron uso Lope, Tirso, ABar- cón, Jiménez Endso y aun, en época algo posterior. Calderón y hasta ciertos poetas de segundo orden. Si este primor hubiera adornado las obras de los Figueroas, en especial las de don Diego, hubieran sido miucho más celebradas. Así y todo tie- nen cuatro o cinco comedias que no estarán mal en cualquie- ra antología dramíática selecta que haya de formarse. Emilio Cotarelo.
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